Por Agustina Baz
Cada día surgen revolucionarias formas de contacto del paciente con sus prestadores de salud. Aplicaciones en el celular, consultas por whatsapp, correo electrónico, servicios telefónicos de asistencia médica donde un paciente puede llamar a su médico sin miedo a molestarlo (el sistema le avisa si el médico está disponible o no). Incluso las aplicaciones tecnológicas llegaron para crear espacios virtuales que permiten resolver consultas sin esperas innecesarias en la guardia por cuadros sencillos.
No obstante, estas nuevas tecnologías son las que también impulsan la sobreabundancia de información, mucha de ella falsa y hasta malintencionada (por ganar “un click” hay gente dispuesta a hacer lo que sea). Por lo que la comunidad se ve desbordada de información que debe decodificar y procesar. Así nos cuenta Matías Cohen, especializado en Prensa y Comunicación estratégica en Salud.
El concepto E-Salud se definió como el conjunto de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) que se aplican en el entorno sanitario. La medicina online trastocó los criterios y las estrategias globales de salud mundial: el intercambio con el especialista posibilita acceder a una atención personalizada en un espacio virtual creado para dicho fin y acota los limitantes que se dan en los consultorios debido a las políticas de atención establecidas en las instituciones de Salud, además de diagnosticar, resolver y tratar casos que se encuentran a kilómetros generando un ahorro en traslados y estadías hacia los centros de alta complejidad, nos cuenta Graciela Carta, Docente universitaria especialista en Comunicación, Salud y Nutrición.
“El agilizar las consultas, informatizar los resultados y que los médicos tengan con un clic todo el historial también es un éxito en la organización de la salud”, afirma Graciela.
Sin embargo, no es tan optimista con las APPs: «Las evidencias indican que la diversidad de APPs en los variados temas de salud tienen una tendencia fundada por las modas y el marketing más que por la necesidad de un respaldo en la evidencia científica. Es un mercado en constante desarrollo y mejorará su complejidad en el futuro debido a que los sistemas de salud tradicionales se ven ampliamente superados en la atención médica y convirtiéndose cada día en un camino de transformación de todo el sistema sanitario y de los agentes participantes en él, explica Graciela. El desafío es que los profesionales aprendan a utilizar las redes más populares para difundir información fidedigna.
Hay diseños especiales creados para fines sanitarios como por ejemplo en nuestro país el Programa de Telemedicina Garrahan, administrado por el Centro Coordinador del Programa Nacional de Telesalud Pediátrica que lleva adelante el desarrollo de la medicina a distancia. Su trabajo permite quelos pacientes que se atienden en los hospitales públicos que conforman la Red de Nacional de Oficinas de Comunicación a Distancia puedan acceder, desde sus lugares de origen, a consultas médicas con los profesionales del Hospital Garrahan. Con este avance, se evitan derivaciones», nos cuenta.
Matias, por su parte, sostiene que hoy el paciente llega al consultorio informado, pero muchas veces sobreinformado y mal informado. Por lo que el médico tiene en sus manos la gran responsabilidad y la gran oportunidad de afianzar ese lazo mediante su comunicación.
“Lamentablemente, existe una sobreabundancia de información. Y muchas veces (no la mayoría, por suerte) los pacientes llegan a la consulta creyendo saber más que el médico, porque lo leyó en un blog, porque se lo dijo su amiga o porque le llegó una cadena de whatsapp. Las fake news son las vedettes de turno en la comunicación, y la salud no escapa a esta realidad, con los peligros que eso conlleva. Es menester del profesional de la salud también educar a su paciente en cuanto a lo que lee, lo que le cuentan o cómo se informa” opina Matías.
Pediatría, Ginecología y Nutrición son las especialidades más consultadas en las APPs de salud en nuestro país. Además dentro de las patologías que hoy azotan a las poblaciones se encuentran las ECNT (Enfermedades Crónicas No Transmisibles) como la Obesidad, Diabetes, Hipertensión, etc. las que son perfectamente abordadas en la prevención y en el caso del seguimiento de ellas, el control de la adhesión y continuación a los tratamientos, cuenta Graciela. La teleeducación, formación a distancia para profesionales de la salud y pacientes más la telegestión son formas expresas de agilizar los procesos comunicacionales en salud.
Entre otras de sus ventajas, nos cuenta Graciela, que una de ellas es fidelizar el vínculo médico-paciente, evita el traslado, salas de espera y contagios, visitas a domicilio, actúa sobre la prevención del autodiagnóstico, atención los 365 días del año, seguridad sobre información sensible del paciente y equilibra la desigualdad de recursos para el acceso a la atención primaria de salud. Por esto, es importante destacar que con el uso de este tipo de tecnología se lo lleva al paciente de una manera inductiva a influenciarlo en hacerse cargo de manera autónoma y responsable de su propia salud, sostiene Graciela.
Es un proceso nuevo. Y como toda novedad, es necesario un período de adaptación, de conocimiento. Por eso, dar una cifra de cuánto y cómo resulta erróneo. Somos por naturaleza reticentes al cambio. Es cuestión de tiempo para comprender los beneficios que la tecnología le puede aportar a la salud en todo sentido, concluye Matías Cohen.
«Más del 90% de los médicos reconoce que sus pacientes buscan información en Internet antes de ir a consultarlos, según una encuesta del portal argentino Intramed con la participación de 1.104 médicos. La práctica consiste en investigar en la web sobre los valores de análisis clínicos, síntomas, patologías, sin embargo, los resultados pueden generar desconcierto, angustia y ansiedad cuando se piensa sin las herramientas de conocimiento necesarias que algo muy grave está sucediendo. En ocasiones el nivel de desconcierto llega a tal punto que ni el encuentro con el médico aclara y alivia la incertidumbre autogenerada.
Otra de las consecuencias inmediatas de dichos procedimientos inciertos de los investigadores de Internet es la automedicación que impacta directamente en la complicación en algunos casos y hasta la muerte en otros. La información sobre salud debe ser tratada con criterio que la sustente, avale y sostenga con investigaciones científicas ya que está en juego la salud, finaliza Graciela.